El día que el Papa Francisco quiso volver a Santa Cruz y no pudo: el recuerdo de una misa histórica en Puerto San Julián

Este lunes 21 de abril de 2025, el mundo despide al Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y argentino, cuya huella marcó profundamente a la Iglesia Católica y a su tierra natal. Entre tantos gestos y hechos de su pontificado, hay uno que toca de cerca a Santa Cruz y a la historia religiosa del país: su deseo de volver a suelo santacruceño para conmemorar los 500 años de la primera misa celebrada en lo que hoy es Argentina.
Ese acontecimiento ocurrió el 1 de abril de 1520, en las costas de Puerto San Julián, cuando la expedición de Fernando de Magallanes ordenó celebrar una misa, considerada el inicio formal de la presencia católica en el país. En 2020 se cumplieron cinco siglos de aquel momento, y desde el Vaticano, el Papa Francisco había manifestado su intención de viajar a la provincia para estar presente.
Una visita que no pudo ser
Todo estaba en marcha. Se evaluaba un recorrido que incluyera San Julián y otras localidades del interior, con el objetivo de conectar con las comunidades más postergadas. Pero llegó la pandemia de Covid-19. A mediados de marzo de ese año, las celebraciones fueron suspendidas. Desde Roma, Francisco dialogó con el entonces obispo de Río Gallegos, Jorge García Cuerva, y coincidieron en que era una decisión “prudente”.
A pesar de la distancia, Francisco envió una carta pastoral que fue leída durante la misa, celebrada a puertas cerradas en la capilla del Obispado de Río Gallegos. Un gesto simbólico, pero cargado de profundidad.

Una misa sencilla, un mensaje profundo
Con el lema “Se acercó y sigue caminando con nosotros”, el 1 de abril de 2020 se celebró una misa sin fieles, pero con la presencia simbólica de toda la Argentina: un mantel con más de 1.500 intenciones de fieles y recordatorios con los nombres de todas las provincias del país. El obispo dijo en aquel momento: “No es una representación. Es una misa real, como la de hace 500 años”.
Incluso tiempo después, en noviembre de 2020, el Papa se comunicó por videollamada con la diócesis para expresar su tristeza por no haber podido viajar, pero también su esperanza de regresar. Lamentablemente, eso nunca ocurrió. Las complicaciones de salud y la agenda vaticana impidieron el regreso del Papa a su país.
Un legado que trasciende las fronteras
Francisco, el Papa que usó silla de ruedas pero nunca dejó de mover el corazón de millones, falleció sin volver a pisar su tierra. Sin embargo, su mensaje de humildad, cercanía y justicia social quedó grabado en la historia.
En Santa Cruz, su deseo de celebrar aquella misa en Puerto San Julián quedó como un recuerdo de lo que pudo ser, pero también como un símbolo de fe, resistencia y esperanza. Porque, como dijo el propio Papa: “La historia de la fe camina también en los pequeños gestos que, aunque no se ven, dejan huellas imborrables”.